Tuesday, June 10, 2008

Capítulo 9. El tren.

La joven, con una fuerza descomunal que jamás Lothan hubiera imaginado, arrastró al enano hacia babor. La joven le sonrió, o fingió sonreirle. Si lo fingía actuaba muy bien.

-¿Qué pasa, preciosa? ¿Hay albergadas aún gratas sorpresas dentro de este tren? - Lothan la miró esperanzado, intentando reconducir el sentimiento de amor absolutamente cortés y sensual que había precedido a aquel estado tan extraño de su compañera.

-Vamos a ver, idiota - susurró la joven con una voz oscura, observándole inquisitivamente y entrecerrando ligeramente sus ojos violeta y sin dejar de sonreir en ningún momento - Ahora aquí no puedo decirte nada, hay más oídos y más hipocresía que la que eres capaz de imaginar en este mundo "onírico y perfecto" - añadió, con tono de sorna - Así que cállate de una vez y espera - le dió un pequeño cachete en la cara, que oscilaba entre cariñoso y violento - Te estoy haciendo un favor, mequetrefe.

Lothan se quedó sin habla ante aquel lenguaje tan extraño. ¿Qué diablos le estaba ocultando? Además un tren...Los trenes dejaron de funcionar, según sus conocimientos de historia, hacía 500 años por consenso entre las órdenes, pues con el uso del carbón el aire se tornaba dañino para la armonía con la naturaleza y rompía sus leyes. ¿Qué significaba aquello? ¿Para qué y por qué un tren creado con magia?

Súbitamente, el singular ruído de campanillas rodeó el navío y pasó justo bordeando babor. Lothan se asomó por la borda, ya que si era un tren era obvio que no estaba iluminado por dentro: no veía rastro de él, esperando que el tren se detuviera y aparecieran unas escaleras que lo llevaran hasta él, quizá unas escaleras esta vez forradas de bronce, quien sabe. Lo del salto seguramente era una broma amarga de aquella angelical joven que ahora se le antojaba un demonio de sutil y terrible belleza. Lothan se rascó el miembro, ahora ya en un estado de semi-erección y se lamentó de nuevo sobre aquel extraño rechazo al que había sido sometido.

Se sentía despreciado y engañado.

Intentando despejar sus dudas y su tristeza siguió fijándose en el oscuro mar esperando ver aparecer aquel tren silencioso, aquel tren mágico que se deslizaba por las aguas. Seguro que aquello le alegraría de nuevo la noche y volvería a darle esperanzas.
Sin embargo, bajo su sorpresa, escuchó que las campanas pasaban justo delante de donde ellos estaban situados, a 10 escasos metros de la borda. No vió nada, absolutamente nada, solamente un horizonte con la costa poblada de hogueras ya lejanas. Se enjuegó los ojos mientras el sonido de las campanillas empezaba a alejarse hacia la derecha.

_Oye...- espetó, girándose hacia la joven, la cual restaba impasible observando con una mirada de extrema concentración y con los ojos abiertos de par en par mirando como el supuesto tren pasaba de largo. Sus extrañamente perfilados labios en forma de corazón murmuraban en silencio una especie de salmo que Lothan, a pesar de estar a su lado, era incapaz de escuchar - ¿Estás rezando, o acaso es un conjuro?

La joven, de improviso, agarró al enano con una insólita fuerza y, colocándoselo en la espalda como si de su hijo se tratara, hizo carrerilla, se dió impulso y saltó con agilidad hacia el mar solamente poblado del reflejo diluido de las estrellas.
Lothan cerró los ojos, paralizado por el miedo. ¡Iba a morir!
A los pocos segundos, sin que tuviera tiempo de pensar nada más, sintió que su cuerpo flotaba en el aire totalmente inerte, sin fuerzas para mover absolutamente ninguna parte de su cuerpo. Flotaba en una especie de espeso líquido tibio y grisáceo en silencio, sin ni siquiera escuchar su propio latido. Era un silencio absoluto que jamás había sentido. Lothan no sabía nadar y, por contra, podía respirar con normalidad. No habían caido en el mar, de eso no había ninguna duda pero...¿Qué era aquello? Miró a su alrededor y no vió a nadie, solamente aquella espesura gris que lo inutilizaba. ¿Habría caido en el gran Vacío feérico del que se hablaba en las leyendas? ¿Estaría así flotando en aquel sitio eternamente? Solamente de imaginárselo se mareó y, en seguida, perdió la consciencia.

-¡Lothan! ¡Lothan!_escuchó los gritos de una mujer con un ligero tono de preocupación - ¡Por la Espiral Eterna!...Espero que haya resistido al Paso...¡Lothan!

El enano abrió los ojos con pesadez y rápidamente, con un espasmo de miedo, se sentó como un resorte en un firme suelo sin fijarse aún en el ambiente que le rodeaba. La cabeza le daba vueltas y se puso una mano en la frente, tratando de no desmayarse. Una vez volvió a entrar en contacto con la realidad, vió a aquella joven ya sin máscara, con el rostro completamente descubierto aún vistiendo su túnica blanca. Sus ojos violeta resplandecieron de nuevo como hicieran antes de oir las campanillas y le abrazó con efusividad.

-¡Gracias a las Hadas! ¡Has sobrevivido al Paso! Levántate y vayamos a sentarnos. Como puedes observar el tren está vacío, así que tenemos sitios de sobra para elegir.

Iban dentro de un tren. Obviamente, jamás había estado dentro de uno de ellos. Estaba divivido por varios compartimentos y pintado enteramente de verde y blanco sin ninguna luz brillando dentro a excepción de un solitario farol situado en medio de la gran máquina, entre los dos compartimentos centrales. Unos grandes cristales separaban el interior del tren con el exterior, pero fuera no se veía una sola luz. Era todo negro como el azabache más oscuro, como si hubieran entrado en un túnel. Aún así, se sentía dichoso de volver a poder mover su cuerpo y así se levantó y siguió a la joven a lo largo de un pequeño pasillo que llevaba hacia los compartimentos de delante. Andaba desorientado, como si estuviera en un extraño sueño. Su razón no era capaz de analizar nada, solamente el hecho empírico de estar vivo.

Al sentarse en el compartimento, en un pequeño sillón verde y aterciopelado, observó ya con más detenimiento a su compañera la cual lo miraba con un rostro mezcla del alivio y la preocupación, sentada justo ante él. Tenía unas facciones bastante duras aunque no exentas de belleza. Su nariz era un poco larga y puntiaguda, los pómulos bastante altos, la frente ancha y una barbilla bastante pronunciada, lo cual le daba una apariencia de severidad. De hecho, lo único que le confería femenidad eran aquellos ojos infantiles de largas pestañas y aquella boquita con forma de corazón.
Lothan ya no pudo esperar más, respiró hondo para intentar tranquilizarse y despejar la mente de todo lo que había pasado en aquellas últimas horas y miró a aquella mujer con serenidad. Cuando abrió la boca, la joven decidió hablar antes, haciendo un ademán con su mano derecha pidiéndole turno para hablar o, más bien, exigiéndolo.

-Tú Lothan, que eres tan sabio, sabrás por qué se fundó la Orden de Varmal - dijo sonriendo ligeramente y cruzando sus voluptuosas piernas lentamente, mirándole con cierta ironía - De hecho, lo sabes de sobra.

-¿Por qué me haces una pregunta tan obvia? - preguntó Lothan, encogiéndose de hombros.

La joven lo miró con seriedad y con un toque de molestia en sus ojos.

-Bien, entonces responderé por tí y así iremos al grano. Varmal, como bien recuerdas, fue la primera Órden que apareció en el Mundo Espiral después del Retorno, creada por Féntar. Pero pronto se separó del resto de Órdenes que la precedieron creando un cisma que dura hasta hoy en día, porque se consideraba que las órdenes en Mundo Espiral, así como funcionaban, iban en contra del equilibrio necesario con el Mundo Feérico. Cada Orden, como ahora, tenía su propia función: unos se dedicaban a la astronomía, otros a la poesía, a la ciencia...funcionaban como sectas con un sistema piramidal. Eran sociedades de poder, mientras que la banalidad y la mediocridad iba haciendo mella en el resto de gente no vinculada con la orden o de rangos menores y se temía otra vez por los Lamat. Bueno - la mujer hizo una pausa, adoptando un tono sarcástico - siempre los hemos temido.

Lothan apoyó la cabeza contra el cristal, cansado de escuchar aquella historia. Disimuló un bostezo.

-Esa historia ya la conocemos todos. Varmal no desempeña ninguna función específica y se basa en la Libertad como principio que la rige. Todos sabemos también que el Mundo Espiral fue creado por los seres feéricos para que nosotros, sus seres soñados, tuviéramos un lugar dónde poder vivir en armonía y con cercanía a nuestros creadores, interactuando con ellos para goce de los dos.
Pero empezaron las guerras por el poder y los asesinatos. Nos olvidamos del mundo feérico y empezamos a considerarlos seres innecesarios y molestos para nuestras aspiraciones. Al observar que éramos incapaces de vivir en un mundo con magia y preparado para que viviéramos junto a ella con armonía y con respeto, se creó un tercer mundo alejado de nuestros creadores, el Mundo Ordinario, para que así no influyéramos en la magia del mundo feérico y volviéramos a tener añoranza de ellos sin poder contactar con ellos. Féntar, como bien dijiste ya, miles de años después, finalmente abrió el portal junto con otros archimagos que trabajaban en la oscuridad y así volvimos a nuestro mundo original de nuevo, los pocos que conseguimos huir de ahí. ¿Pero hacia dónde quieres llegar con toda esa historia archiconocida por todos?

La joven se sentó junto a él y lo rodeó con un brazo. Su mirada era penetrante y dura como las rocas frías en invierno.

_Lothan, Varmal está corrupta por dentro - dijo, con un tono de voz apagado y rodeado de misterio - Estamos al borde del colapso.

_¿Qué me quieres decir con esto?

La joven le acarició el cabello con suavidad y melancolía, mirándolo con una mezcla de desdén y de piedad.

-Agros es el responsable de esta guerra, Lothan. Ha hecho un pacto con los Lamat.

Lothan echó la cabeza hacia atrás y estalló en carcajadas.

-¿Quien te ha comido la cabeza con toda esa basura, bonita?

-Abre los ojos de una vez Lothan. Agros ha matado a miles, a millones de personas gracias a un pacto con esos seres feéricos que están a favor de la expulsión de la humanidad de nuevo al Mundo Ordinario. Él les habrá prometido algo que aún no sabemos, quizá la desaparición de todas las Órdenes a cambio de un poder absoluto sobre el Mundo Espiral.

-Esto es ridículo - Lothan se rascó la cabeza, dubitativo, aún manteniendo una media sonrisa - Por si no lo recuerdas, es la Orden de Wail y el resto de Órdenes que permiten su supremacía y su poder las culpables del retorno masivo de los Lamat y del peligro a sufrir un nuevo Exilio hacia el Mundo Ordinario.

La joven se levantó con tranquilidad y se volvió a sentar delante suya con el semblante relajado, como si hubiera esperado aquella reacción por parte del enano. Ante la provocación del enano, su voz no ganó en intensidad. Al contrario, pareció más débil, más profunda.

-Lothan, ¿Quien eres tu ahora? Ahora no eres nadie.

-Soy un guardabosques

-¡Jajajajaja! Eres un estorbo para ellos Lothan. Ellos están formando un auténtico ejército gracias al incremento de miembros causado por el exilio masivo de gente que huyó de los Lamat. No eres nadie Lothan, en cambio si vienes con nosotros volverás a ser quien eras

Lothan quedó ligeramente turbado ante aquella proposición.

-Aunque no me vea cómodo con mi actual situación, le debo lealtad a mi señor Agros. Tendrá sus razones para haberme apartado. Por cierto..._carraspeó, ligeramente nervioso_¿Cómo pruebas todo lo que dijiste antes? - aunque Lothan no creyera nada de lo que decía, había algo allí que lo intrigaba, que lo turbaba, y era el aplomo de aquella joven, el saber estar y su actitud segura ante todo lo que le había dicho.

-Reúnete con nosotros el próximo día que nos reunamos. No te preocupes, sabré encontrarte - la joven le guiñó un ojo. Lothan miró hacia la ventana aún totalmente oscura a pesar que el tren se movía parecía que con velocidad a tenor del ruido intenso de la máquina. Su rostro había enrojecido totalmente. La mirada de aquella joven, sus palabras, su voz, la forma que tenía de andar, incluso de sonreir...Creía haberse enamorado y era un error. Un error que, no obstante, era imposible de reparar.

-No puedo hacer esto - dijo él sin todavía atreverse a mirarla por más tiempo - Soy leal a Agros, le juré lealtad de por vida. Además...¿Nosotros? ¿Quienes sois?

_No te diré nada más, querido Lothan. ¿Quieres volver a verme? Responde. Si no vienes con nosotros, jamás volverás a verme.

Lothan se agarró las manos y empezó a acariciarselas intentando calmar los nervios. Estaba sudando bastante y aquello se notaba. Claro que quería volver a verla...pero el precio era muy alto. No...quería verla de nuevo, necesitaba verla, moriría si no la pudiera ver nunca más.

-Por supuesto que quiero verte de nuevo - dijo, mirando hacia el suelo tremendamente sonrojado - Pase lo que pase.

La joven se acercó a él, se arrodilló y se abrazó a él de forma efusiva. Se besaron.

-Lothan, en unos minutos volveremos a dar el Paso. Estoy tan contenta de tenerte junto a mí...

Lothan empezó a sollozar. Sentía vergüenza por llorar ante una mujer, pero tantos sentimientos habían pasado por su corazón que ya no lo pudo evitar más.

-¿Por qué, por qué me rechazaste antes? Dímelo...

-No, Lothan, te equivocas, lo hice por tu bien.

No comments: