Thursday, December 24, 2009

Capítulo 14. Final: Ocaso.

Apreciado Nuán,

Confinados, apresados en nuestra propia tierra por mis antiguos hermanos, la Órden de Húlen ahora se halla literalmente secuestrada por la Órden de Wail. Como desgraciadamente ya sabes, unos años atrás los Lamat destruyeron casi todas las casas de Taürion matando también a los que habitaban en ellas. Pocos logramos escapar aquella noche, de aquellos terroríficos y enormes monstruos, y aún celebro con todo el júbilo de mi corazón que lograras huir para empezar una nueva vida, mi querido Nuán, a pesar de haber tenido la desgracia de no poderte apenas conocer. Pocos de nuestros hermanos sobrevivieron e incluso nuestro Jefe fue asesinado con una crueldad extrema por uno de aquellos abominables seres. Una decena de nosotros pudimos confinarnos en una Morada provisional gracias a mis conocimientos en este campo de la magia (nuestra antigua Morada estaba demasiado lejos para escondernos a tiempo de los Lamat), pero el conjuro, que normalmente necesita de más archimagos especializados, casi acabó con mi vida. Pero, al menos, aún seguimos con vida, a pesar de lo amarga y dolorosa que resulta ésta para nosotros.

Cuando los Lamat hubieron abandonado Taürion, dejando un reguero de sangre y de dolor tras ellos, salimos prestos de la Morada que yo había creado y conseguimos curar a algunos heridos y rescatar a las pocas familias que habían quedado con vida pero atrapadas entre o bajo los escombros de las casas. ¡Es imposible describir, para mí, la tristeza que emanaba de todos nosotros aquella noche! Si no te había enviado una carta durante todos estos años es porque está absolutamente prohibido enviar correo fuera de las fronteras de Taürion, que ahora está controlada con mano de hierro por Wail, al igual que muchas otras aldeas, ciudades y Órdenes. Me las he arreglado para poder saltarme el control mágico que mantienen sobre el envío de correspondencia, aunque han estado apunto de descubrirme.

Ellos, la Órden de Wail, entraron en Taürion justo cuando tratábamos de reconstruir la aldea y yo estaba creando murallas mágicas de protección alrededor de la aldea para ganar tiempo si los Lamat volvían a atacar. Se apoderaron de todo: de las casas, de los bienes de sus habitantes y del ganado que había sobrevivido al ataque de los Lamat. Su excusa: protegernos a todos de los Lamat. Según ellos, són los únicos capacitados para proteger Espiral contra los feéricos oscuros. Pero solamente es una excusa. Obviamente se han aprovechado de esta confusión para apoderarse de toda Espiral, algo que jamás hubiera esperado de mi antigua Órden, a pesar de lo poderosa e influyente que siempre ha sido durante estos últimos 700 años.
Nos obligaron a deshacernos de nuestros hábitos, y ahora tenemos que vestir sus hábitos esmeralda y jurar lealtad a su Órden en contra de nuestra voluntad. Tampoco está permitido tocar música, cantar y reunirnos entre nosotros como antaño. Pero, en secreto y cada vez que podemos, nos seguimos reuniendo en aquella Morada secreta que creé durante el ataque de los feéricos oscuros. La represión es muy dura: los soldados de Wail han convertido a los habitantes de Taürion en esclavos y les obligan a trabajar mientras se mantienen ociosos en un pequeño castillo que han construído en el centro de la aldea. Las violaciones, las torturas e incluso las penas de muerte, están a la orden del día. Todos tienen la sensación que sobrevivimos al ataque de unos lobos, para caer en las garras de otros.

Pero no solamente te envío esta carta para contarte las penurias que nos están sucediendo, sinó porque tenemos un plan que, aunque es desesperado y con mucha seguridad fracase, ya es la última esperanza que nos queda, el único camino que podemos recorrer para escapar de este infierno: mediante correspondencia mágica (perdona si esa carta con alas te ha asustado, entrando por tu ventana, pero era la única forma de guardar el secreto que merece esta misión). También he podido enviar cartas parecidas a ésta a otros miembros de Órdenes secuestradas por Wail para llevar a cabo lo que hemos pensado: la reunión de todos los miembros supervivientes en las sombrías Cuevas de Türa para así crear una nueva Órden.

Sé que es arriesgado, pero es uno de los pocos parajes dónde Wail no se ha atrevido a meter su garra y, debido a la ausencia de humanos en la inhóspita región, tampoco los Lamat són una amenaza allí. He propuesto a los demás jefes de las Órdenes tu nombre para encabezar esa nueva Órden, de nombre todavía pendiente de confirmar, pues se discutiría en esa reunión. Es la única vía con la que contamos, por el momento. Nos encontraremos dentro de 3 días, al alba a la entrada de las Cuevas, pues la urgencia es máxima: de cada vez la presencia de Lamat es mayor en Espiral, y la Órden de Wail se ha apoderado de casi todos los caminos y accesos de este Mundo.

Cuanto más esperemos, más difícil será sortear estos obstáculos.

Aún no acabo de comprender la dimensión de todo esto, pero todos tenemos sospechas y, creo, entre todos podremos llegar a una comprensión mayor de toda esta guerra que nos está abocando, quizá, a una Tercera Caída o quizá a algo mayor que va más allá de mi conocimiento. Pero no todo són malas notícias, Nuán. Quizá Varmal aún conserva su esencia, a pesar que no se sabe apenas nada de ellos desde que Agros murió. Su papel, tanto como el nuestro, puede ser determinante si actuamos con discreción y con sabiduría, pero aún es pronto para aventurarse: no confío demasiado en la actual mujer de Lothan, un buen hombre, pero me temo que influenciable. Como ya sabrás, esta mujer era la mano derecha de Melack, el líder de la facción contraria al infame Agros. Pero de eso ya tendremos tiempo de hablar, no precipitemos acontecimientos.

A pesar de todo, amigo Nuán, no todo són malas notícias: Mirta, amiga tuya y miembro de Varmal, finalmente no murió, aunque su conjuro casi acaba con ella. Conseguimos rescatarla de entre la destrucción, justo después que huyeras obligado por el ataque de los Lamat. No debes culparte por haberla dejado atrás, pues incluso nosotros no fuimos capaces de notar su pulso cuando la encontramos. Pero el destino quiso que reviviera, milagrosamente, quizá gracias a su gran fortaleza interior, y ahora está junto a nosotros y desea ayudarnos con una hipotética alianza con Varmal Verdadero. También tiene muchas ganas de verte...¡Siempre está hablando de tí, de los viajes que realizasteis juntos cuando tocabais en vuestra banda de músicos errantes! Sus historias nos alivian el corazón y nos dan algo de luz en medio de todas estas tinieblas.

Ahora mismo volverán los soldados de Wail a inspeccionar mi casa, como siempre hacen, y quizá también me vuelvan a amenazar y a pegar porque para sus ojos soy un traidor a su Órden. Me quieren tener intimidado, pues conocen de mi poder, a pesar de mi vejez y del poco tiempo que seguramente me queda en este mundo.

El Sol se está poniendo en el horizonte, tras las murallas de piedra que Ellos han levantado, y el Ocaso está teñido por la sangre de miles, de millones de vidas inocentes y ahora nos debemos a ellas para seguir luchando, y, si es necesario, para sacrificarnos por ellas.

Que la luz de la sabiduría guíe tu camino, Yne.

Hyunde, 2 de Diciembre.

Taürion.

Nota: Junto a esta carta, una flor verde te adjunto.

No comments: